Nombre moderno: |
Karnak/Luxor |
Nombre clásico: |
Tebas |
Situación: |
25º 42' N 32º 38' E |
Restos:
Tebas, "La ciudad de las 100 puertas" como la
llamó Homero en "La Iliada", posiblemente por la gran cantidad
de pilonos que precedían a los templos, era conocida en
egipcio como Uaset o Niut, "la ciudad". El término Uaset
se empleaba también para designar toda la provincia. El
nombre de Tebas se debe a los griegos y es una derivación
del término Taipet , abreviación de Ta-ipet-sut,
que era como se denominaba uno de los sectores de la ciudad: "el
santuario de Amón en Karnak". También era llamada
Dióspolis Magna (ciudad celestial). Es la No ("Ciudad")
o No-Amón del Antiguo Testamento. Sus dioses locales formaban
la triada tebana: Amón,
Mut y Jonsu.
El desarrollo administrativo de la ciudad se
produjo con las dinastías IX y X y la subida al trono de
los reyes tebanos convirtió a Tebas en la capital del país
y así permaneció durante 7 dinastías hasta
el reinado de Ajenatón quien trasladó la capital
a la nueva ciudad que mandó erigir durante su reinado,
la ciudad del sol, aunque tras su muerte volvió a ser la
sede del gobierno. Aunque su origen se remonta a época
prehistórica, aproximadamente al año 2060 a.C.,
durante el reinado de los reyes menfitas no era más que
una pequeña ciudad que veneraba a la triada tebana
formada por Amon, Mut y Jonsu, si bien su dios principal era el
dios de la guerra Montu. Los reyes de la XII dinastía trasladaron
su residencia a la ciudad de Lisht, en el-Fayum, pero aún
así Tebas continuó siendo una ciudad de notable
importancia e incluso durante las invasiones de los hicsos, en
el Segundo Período Intermedio, conservó su independencia,
aunque estaba obligada a pagar los tributos a los asiáticos. En
torno a 1550 a.C. los príncipes tebanos iniciaron lo que
se convertiría en un movimiento de liberación contra
los hicsos. Ahmosis inauguró así la XVII dinastía
y con ella el Reino Nuevo abriendo el camino a la XVIII dinastía
que sin lugar a dudas constituye la época cumbre de todo
la historia del Egipto faraónico.
El mayor esplendor de la ciudad se produjo durante
la XVIII dinastía cuando fue la capital del país.
En la ciudad existían 2 zonas claramente diferenciadas
la oriental, la de la vida y la occidental, la de la muerte. En
la zona derecha se edificaron los palacios reales, los templos
y los edificios administrativos y era el lugar en el que se desarrollaba
la vida de sus ciudadanos. La orilla izquierda estaba totalmente
destinada a personas relacionadas de una u otra forma con la muerte,
las tumbas reales o civiles o el culto a los difuntos. La fama
de la ciudad durante los seis siglos de máximo esplendor
era tal que a ella acudían gentes de todos los lugares
en busca de comercio, y llegaban mercancías desde el golfo
pérsico y desde el mar rojo a través de la ruta
de Koptos, de África, siguiendo el curso del río
Nilo y por las rutas del desierto y de los oasis caravanas provenientes
del Sahara. De ella decía Homero que acumulaba una riqueza
tan sólo superada por los granos de arena de sus alrededores.
El dios Amón fue elevado a dios nacional y en su honor
se edificaron los grandiosos templos que se encontraban en la
ciudad.
La importancia de la ciudad se mantuvo hasta
que los ramesidas pertenecientes a la XIX dinastía la abandonaron
para establecerse en el Delta. A pesar de la importante situación
estratégica de la ciudad, Ramses II comenzó a construir
fortalezas militares en la región del Delta, más
expuesta a invasiones, durante su reinado, que la región
tebana. Este hecho produjo la aparición posterior de dinastías
provenientes de Tanis, Bubastis y Sais, perdiendo la ciudad el
esplendor del que había disfrutado durante siglos. Tebas,
no obstante, tenía demasiada influencia religiosa como
para caer en decadencia. Incluso con la XXV dinastía, fundada
por los etíopes, que conquistó y sometió
todas las regiones del sur la ciudad fue respetada. Invadida y
saqueada por los asirios en el año 672 a.C. perdió
gran parte de sus edificios y riquezas. Posteriormente Assurbanipal,
en el 665 a.C., la saqueó nuevamente y deportó
a sus habitantes. Las incursiones efectuadas por Asarhaddón
se repitieron de forma más violenta si cabe: sus habitantes
fueron esclavizados y vendidos, los edificios destrozados y las
riquezas de la ciudad tomadas como botín. Este fue practicamente
el final de la ciudad y aunque el gran templo de Amón fue
reconstruido por Psamético I de la XXVI dinastía,
en el siglo I a.C. fue destruida, nuevamente, por los romanos
y entonces ya sólo quedaban las ruinas que más tarde
los cristianos usarían como material para la construcción
de sus iglesias. Gracias al sacrilegio que para los primeros cristianos
representaban las imágenes que aparecían en los
templos y al hecho de recubrirlas con yeso, nos ha podido llegar
gran parte de la decoración que existía en la época.
De todas las edificaciones que debió haber
en la ciudad hace 3000 años sólo quedan el gran
templo de Luxor, el recinto de Amón, el recinto de Mut
y el recinto de Montu en Karnak y parte de la avenida de las esfinges
que unía ambos templos. En la orilla de la izquierda se
encuentran las necrópolis.
Actualmente las ciudades de Luxor y Karnak
ocupan la antigua ciudad.
Region tebana
Información turística:
Luxor y Karnak son las localidades en las que existe mayor número
de monumentos y tumbas por visitar, por eso es preferible que
accedas a la información turística de cada una de
las localidades anteriores. |